lunes, 20 de abril de 2015

henna de bodas...



La Henna marroquí (Lawsonia inermis) es una tradición popular en Marruecos que es usada por las mujeres de todas las edades. Se utiliza generalmente en ocasiones especiales, como bodas, fiestas y circuncisiones marroquíes, las mujeres tiñen de henna las manos y los pies. Es un tatuaje temporal aplicado a la piel en forma de pasta hecha de polvo de color marrón. Muchas mujeres también se aplican henna por todo el cuerpo y tambien en el pelo en los Hamman, una vez a la semana. Tiene un olor particular y debe dejarse sobre la piel para que seque durante varias horas para lograr resultados más oscuros y más duraderos. 




La henna es conocida con muchos nombres: alheña, jena o arjeña. Todos estos nombres se refieren a un tinte natural de color rojizo que se obtiene de la planta Lawsonia inermis. De la planta se recogen sus hojas y se secan para después molerlas y poder utilizarlas. Puede utilizarse como tinte para cueros, el pelo o para decorar la piel.
En concreto en Marruecos suelen utilizarla las mujeres para teñirse el pelo y decorarse las manos y los pies. En marruecos no pueden plasmarse las imágenes de personas y animales así que suelen hacerse diseños florales o lineales. Estos diseños abarcan desde los más simples hasta auténticas obras de arte laboriosas.




lunes, 13 de abril de 2015

bodas tipicas


Para la cultura islámicael ritual del matrimonio constituye una parte fundamental e incuestionable de las tradiciones más arraigadas en estas sociedades. En países como Marruecos, este complejo ceremonial ha experimentado el peso de la modernidad, lo que ha conllevado la simplificación de las celebraciones que durante siglos practicaron sus ancestros.
¿Y como se traduce todo esto?. Pues, a simples rasgos, en una ‘occidentalización’ de las bodas que, para muchos, ha significado, la pérdida de algunos rasgos de identidad aunque,  por fortuna, no traumática. Sin embargo, una característica que sigue conservándose de la ceremonia, (cada vez más reducida, todo hay que decirlo), es la unidad tan compacta que, sobre todo, durante este rito se percibe entre los familiares de cada uno de los consortes.
En Marruecos, las bodas están indisolublemente ligadas a la iniciación en la madurez de la novia. Para ello, será bañada en un hamman (baño árabe) para ser purificada y protegida por los yenun o genios. Es tal la importancia de estos primeros ritos matrimoniales que toda una corte de peluqueras, maquilladoras y modistas, agasajan a la novia para que luzca bella .
Otra característica de estas bodas son la decoración de las manos y pies a base de henna, una planta medicinal que forma parte de la cultura musulmana y que actúa como un talismán, para eliminar ‘el mal de ojo’. Es otra forma de despistar a los yenun con malas intenciones.
Aquí también funciona el simbolismo. La novia será embadurnada durante el día siguiente al hamman por una mujer especialista en estos menesteres que dibujaráarabescos y caligrafías.  Aunque antiguamente las novias se maquillaban con productos naturales como khol, el ghasul, el suak, el aceite de argana, y entre las fragancias, el almizcle, el agua de rosas, el jazmín, de un tiempo a esta parte, se decantan por el eye liner y los maquillajes compactos.
Pero queda lo más significativo: la noche de bodas. Aquí la simbología tiene un papel predominante. Los amigos del novio ‘raptan’ a la novia y la llevan a casa de los suegros de él. La chica es recibida con todos los agasajos posibles mientras el novio lee el Corán y besa en la frente a su amada. Luego se introduce la leche y el dátil como elementos igualmente purificadores y de buena suerte, que serán comidos y bebidos por los contrayentes, un manojo de llaves y pan, representando el nuevo hogar.
Y esperan otros tres días de celebraciones y fiestas sucesivas en cada casa, familia del novio y de la novia, amigos y conocidos, que dejan sus puertas abiertas como signo de hospitalidad. Todos quieren participar de este acontecimiento, en el que no faltan los tradicionales pasteles marroquíes que se sirven en tayins,(todos comen de la misma fuente), como representación de la unidad familiar. Con lo que se vuelve al mismo ciclo.